Marzo 2006
Objeto del deseo, imposible, perfecto, cuyo final está escrito antes del preámbulo. A todas horas se me escapa de los labios, aderezo accidental de cualquier frase, tu nombre yuxtapuesto con el vacío que me aterra. Una palabra y ya no me siento tan abandonada. De cuando en cuando me veo reflejada en tus ojos, pistas que se deslizan de mis bolsillos rotos y me pregunto si lo sospechas y no me dices nada, porque nada arreglas. Y me siento nieve descongelada, selva talada, oscuridad. Mas merece la pena si te quedas un rato. Objeto de mi deseo, imposible, perfecto, cuyo final ya había escrito antes del preámbulo.