Nunca me has visto temblar de rabia, nunca me has mirado a los ojos, ni has visto cómo me duele el mundo. No tienes ni idea de cómo me río con los niños en la guagua ni de las veces que he perdido el sentido por una canción. No sabes cuál es el último libro que he leído ni el último beso que he dado, tampoco te importa. Así que déjame en paz, a ti que todo te da igual. A mí no.