Tindaya

Ayer me vino a ver
en sueños,
envuelta en esa luz
fantasmagórica de cierta hora del día.
Y transportada
a la isla,
con la brisa nocturna
haciendo eco en mis oídos,
volví a ser.
Cuántas noches
tengo clavadas
en tu ladera,
rodando sobre guijarros
mágicos
y encantamientos.
A tus espaldas
un pueblo entero,
el ritual y la montaña.
Sigue silbando el viento,
con el color del alisio.
Desde la cima
volcánica
cuajada de paz,
oteo nuestro horizonte
hasta el océano
furioso.
Con un corazón
dibujado en azul y ocre,
palidecen en tu sombra
mis ancestros,
aquellos que cruzaron el mar
para encontrarte.
En tu seno
las estrellas nos pertenecen,
como la lava sagrada
en tu piel
dormida.
Anoche me vino a ver
en sueños
el espíritu de la montaña,
entregando un refugio
místico
a cambio de una oportunidad
para el futuro.
Ahora
sé que nunca
estaré sola
en Tindaya.

Tindaya es una montaña sagrada en Fuerteventura, en los noventa, Chillida quizo vaciarla para crear una obra de arte, pero nunca se llevó a cabo.


Por Sam C

Soy gestora de proyectos de señalización ferroviaria, escritora y fotógrafa, oriunda de Canarias y adoptada por el Reino Unido. También estoy estudiando en la universidad de Warwick un Master de Ciencias a tiempo parcial (Programme & Project Management).

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